Sabana quema desde el 1 de septiembre, el Parque Nacional dos Guimaraes, parque de conservación bioma Cerrado en la región Morraria. La baja humedad, el calor y los fuertes vientos dificultan el trabajo de los bomberos que combaten las llamas.
El Parque Nacional de los Guimarães se encuentra a 65 km de Cuiabá, capital del estado de Mato Grosso.
Aún no calcula el área quemada en el que operan, hace una semana, 90 miembros de ICMBio, Ibama y el cuerpo de bomberos, con el apoyo de un avión fumigador.
Se suspendió la visita al parque para garantizar la seguridad de las personas y volver toda la acción de los servidores y brigadistas en las acciones de combate al fuego ya que parte de las instalaciones están siendo usadas para apoyar el trabajo de los bomberos militares.
El Parque Nacional dos Guimaraes, cuya vegetación es densa, es muy susceptible a incendios debido a esta vegetación es, naturalmente, los campos secos y abiertos, con altos índices de vientos. Basta un cigarrillo mal apagado jugado en el bosque seco para que el fuego se alata con la ayuda del viento.
El cerrado es un ambiente que, cíclicamente, sufre incendios espontáneos, debido a la acumulación de biomasa seca que, bajo el efecto de la baja humedad del aire, vientos y calor abrasivo de las regiones donde ocurre el bioma, pueden iniciar el fuego. Algunas de las semillas de cerrado requieren de la acción violenta del fuego para, posteriormente, rebrotar. Pero, los incendios de grandes proporciones, como lo que ocurre actualmente, no son naturales.
Sin embargo, se puede suponer que los grandes incendios, como el presente, ya sean originarios de determinadas zonas, que utilizan la quema como un modo de limpieza de la tierra, y se salió de control que cubre porciones grandes de áreas nativas.
El cerrado es el segundo mayor formación vegetal brasileña. Antiguamente ese bioma cubría hasta el 25% del área de nuestro territorio, de los cuales aún existe el 20%. En los parques y reservas están protegidos sólo el 2% de ese total.
Esta vegetación está siendo destruido sistemáticamente por la expansión de la ganadería extensiva y el monocultivo mecanizado de soja, maíz y algodón. Es la práctica agrícola en cerrado que utiliza el fuego para limpiar el suelo, como una forma barata de crear pastos que rebrotam naturalmente las primeras lluvias después del incendio. También con esa práctica, tradicionalmente, se busca el control de parásitos (principalmente, garrapatas), que afectan el ganado.
El fuego por factores naturales es beneficioso para el bioma, para la renovación de las plantas que requieren el choque térmico para salir de la entumecimiento - ese es, generalmente, un fuego rápido, que toma en el rastro del capinzal, no afectando a los retorcidos árboles, bioma, y permitiendo el resguardo de los animales, que huyen a la zona de bosques más densos. El fuego "puesto" tiene una violencia inaudita que impide los ciclos naturales.
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Fuente: fotospublicas.com