Prácticamente todo lo que se produce hace que el impacto ambiental. Del alimento a la ropa que uno compra, todo requiere recursos naturales para ser fabricado: agua, suelo, energía. La industria del petróleo es considerada la mayor villana del medio ambiente pero otra industria contamina tanto que mucha gente ni siquiera puede imaginar cuánto.
La industria de la moda contribuye, y la contaminación ambiental. Por otra parte, ocupa el segundo lugar en el ranking de las industrias más contaminantes.
De acuerdo con informes de la BBC, poliéster, por ejemplo, que es la fibra más sintético usado en la industria textil, pasaron 70 millones de barriles de petróleo a ser producidos, y toman cerca de 200 años en descomponerse. La viscosa, otro tipo de tela hecha de celulosa, provoca la inclinación de 70 millones de árboles por año.
Ni siquiera el algodón está a salvo. fibra Para cultivar se utilizan sustancias tóxicas tales como insecticidas y pesticidas, que causan efectos nocivos para el suelo y el agua. Pero los males del algodón no paran ahí. Para fabricar una camiseta sólo se gastan 2.700 litros de agua.
Los detergentes industriales, por ejemplo, contribuyendo a la contaminación de los mares y océanos, así como fibras sintéticas derivadas de plástico. Las microfibras de plástico aumentaron enormemente la contaminación marina. Tanto el ecólogo Mark Browne analizó la presencia de microplásticos en playas de 18 locales en el mundo y descubrió que en el 85% de los materiales sintéticos acumulados se encontraban las microfibras.
Consumo consciente
Por eso, es cada vez más urgente que sepamos cómo se hacen las ropas, zapatos y accesorios que llegan lindos y listos a las tiendas. La fabricación de estos productos tienen un alto costo ambiental y social. Como la moda es rápida, cambiando de tendencia a cada instante, las personas quedan seducidas por las novedades y, cada estación, se sienten obligadas a adquirir nuevos productos.
Resulta cabo que la moda no es desechable. Es importante que tengamos en mente que "menos es más". Comprar varias piezas de baratitas creyendo que estamos teniendo ventaja es un error. Además del mal para el medio ambiente, también hacemos mal para nuestro bolsillo, ya que el barato sale caro.
Compruebe lo menos posible, recicle, cambie, compre usado, pero si tiene que comprar nuevo, invierta en piezas que pueden ser un poco más caras, pero que son más duraderas y que tienen un mejor acabado. Por lo tanto, no renueva su armario con cucarachas partes, pero no duran nada ni es tan bueno como bien y, por otra parte, son malos para todos nosotros.
Muchas iniciativas responsables ambientalmente han surgido para concientizar a las personas sobre los daños causados por la moda. Hay empresas que se ocupan de los métodos de producción de tejidos y el teñido limpia, ofreciendo alternativas más conscientes.
Sea consciente de que el consumo acarrea, sí, muchos daños ambientales. Y todos somos responsables de ello, desde que produce hasta el consumidor final.
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